Desde su formación, en enero de 2011, el colectivo cívico Oviedo S.O.S. Cultura ha venido defendiendo la recuperación de la Fundación Municipal de Cultura como la mejor herramienta para la elaboración de las políticas culturales de este municipio. Así lo manifestábamos en nuestro documento de alternativas, señalando además que esta Fundación debería estar abierta a la participación de ciudadanos y ciudadanas, artistas y otros agentes culturales, sin limitarse por tanto a ser un organismo “tecnocrático” ajeno a las demandas e inquietudes de la sociedad.
En este sentido, consideramos que los Estatutos de la futura Fundación Municipal de Cultura, cuya aprobación es la base previa para el cumplimiento del mandato municipal, señalado para el 31 de diciembre de 2011, deberían recoger los siguientes ocho puntos fundamentales:
1). Las competencias de la Fundación: si ha de hacerse cargo o no, por ejemplo, de las bibliotecas municipales. Deberían establecer programas formativos culturales y la colaboración en cuantas iniciativas en materia de cultura emprendan otras áreas, como Educación, de la que dependen la Escuela Municipal de Música, la Escuela de Música Tradicional y la Escuela Municipal de Artes Plásticas y Escénicas, fundamentales para la cultura ovetense. Otro tanto podría decirse con la SOF en materia de Festejos.
2). Los bienes patrimoniales adscritos, que son: Teatro Campoamor, Teatro Filarmónica, Teatro de Pumarín, Teatro de Trubia, Plaza de Trascorrales, Auditorio, Palacio de la Lila, Villa Magdalena y el Talud de la Ería. Deberían incluirse la Red Municipal de Bibliotecas, los edificios cedidos en la Fábrica de Gas y quizá la Plaza de Toros. En cualquier caso, habría que establecer la necesidad de una Casa de Cultura, o espacio cultural de uso público compartido, y una sala municipal de exposiciones, que bien podrían estar ubicadas en la antigua Fábrica de Gas.
3). Los recursos económicos que han de financiar el organismo. Si la Fundación de Cultura se hace cargo de las bibliotecas, habría que intentar fijarlos entre un 6 o un 7% del presupuesto general del Ayuntamiento de Oviedo. La Fundación tendría autonomía para solicitar y aceptar subvenciones de otras administraciones, así como aportaciones de particulares. Asimismo, tendría competencias en la concesión de subvenciones, de acuerdo con lo previsto en la Ley 38/2003, de 17 de noviembre. Se procuraría que estas subvenciones se concedieran siempre a través de un contrato-programa con las entidades beneficiadas.
4). La composición del Consejo Rector. Proponemos, además de un número de representantes proporcional a la representación que cada grupo político tiene la Corporación (sin que sea necesario que ostenten la condición de concejales), su ampliación a particulares de reconocido prestigio en el ámbito de la cultura. La condición de miembro de esta Comisión no sería retribuida.
5). La creación de un Consejo de Cultura Local, en el que estén representadas asociaciones profesionales, culturales y vecinales e instituciones del sector. La condición de miembro de esta Comisión no sería retribuida.
6). El régimen del Director General de la Fundación. El artículo 85 bis 1.a. de la Ley de Grandes Ciudades establece que “el titular del máximo órgano de dirección de los mismos deberá ser un funcionario de carrera o laboral de las Administraciones públicas o un profesional del sector privado, titulados superiores en ambos casos, y con más de cinco años de ejercicio profesional en el segundo”. Creemos que el director ha de ser contratado mediante concurso público y abierto y su sueldo fijado en los términos de austeridad que nosotros defendemos. Al director y a nadie más competería elaborar los
planes y programas de actuación del organismo autónomo.
7). El personal de la Fundación. Habría que contar con personal que conozca bien los seis sectores a los que nosotros representamos: Artes Escénicas, Literatura, Música, Artes Plásticas, Cine y Programación Infantil y Juvenil.
8). La apertura de una oficina de proyectos, para que profesionales y ciudadanos puedan hacer las propuestas que consideren convenientes. La Fundación Municipal de Cultura debería fomentar la participación ciudadana, llegando incluso a la cesión de algunos de los espacios para la gestión directa de los vecinos.